top of page

EL MEJOR MODO DE CONOCER LA CULTURA HISPÁNICA: UN INTERCAMBIO

BY CONNOR WRIGHT

El 22 de agosto de 2017 tuve la oportunidad de hacer un intercambio con una familia gallega, en Santiago de Compostela. Al principio estaba un poco nervioso, pero el hecho de que hiciese mi intercambio durante el mes de julio me ayudó un poquito. No obstante, estaba en el séptimo cielo por sumergirme en la cultura hispánica. Es cierto que mi español estaba a punto de pasar al siguiente nivel.

Lo que más me ayudó fue mi entorno, en el que no había ninguna palabra en inglés. Me puedo imaginar que esta situación parece intimidante, pero para sobrevivir la única opción es hablar en español. Sin embargo, mi familia (que está formada por dos padres, un chico de 17 años y uno de 5 años) agilizó este proceso de mejorar al permitirme cometer fallos. Este método sirve para desvelar tus problemas con la lengua y solucionarlos rápidamente desde el punto de vista de un nativo y no como lo haría un tutor.

Por esta razón, es imposible negar el papel de la familia con la que te alojas. Durante mi viaje, mi familia me ayudó con métodos útiles que no había aprendido en clase. Mi familia sabía que mi español no era perfecto, y debido a eso, querían que les preguntase para vehiculizar mi aprendizaje. Por eso, te aconsejo que tengas una mente abierta y preparada para aprovecharte lo máximo posible de esta oportunidad. Con esta actitud, vas a sacar mucho vocabulario, familiarizarte con las frases hechas y, en general, mejorar en menos que canta un gallo.

Además, ¡es imprescindible que disfrutes de tu viaje! Tuve la suerte de alojarme con dos padres extraordinarios que cocinaban los platos más ricos del mundo. Algunos que yo destacaría son la empanada gallega y el marisco. La empanada consiste en la masa, rellena de carne, pero es más fina que las tartas inglesas. Para añadir, comí marisco en un barco, fresco del mar. Si tuviera dinero, pediría esas dos comidas a granel.

Por lo tanto, estarías loco como una cabra si no apreciases las vistas y experiencias que tiene España. Estas pueden ofrecerte una visión más íntima del país, para entender lo que ocurre bajo la superficie. Por ejemplo, pude ir a una ciudad medieval cerca de Galicia en la que visitamos una panadería judía. Se inauguró hace alrededor de 300 años, y solamente una dulce mujer hornea todos los productos. Comí una galletita y pude sentir todo el amor y esfuerzo que había puesto la mujer en sus creaciones.

Para concluir, la combinación de las experiencias, las relaciones que construyes con tu familia y el entorno hispánico que conlleva un intercambio son algunos de los profesores más útiles para aprender una lengua. Mi perspectiva se volvió cada vez más amplia, rica y llena de cultura inmediatamente después de mi vuelta a mi casa. Doy gracias a mi familia gallega por ayudarme a evolucionar en mi camino para aprender español, que todavía no ha llegado a su fin.

bottom of page