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¿DÓNDE ESTÁ LA DISCIPLINA EN LAS AULAS ESPAÑOLAS?

BY IWAN EVANS

Sin duda,  me he topado muchas cosas sorprendentes en mi año en Madrid como auxiliar de conversación, pero lo que más me ha sorprendido es la diferencia en el sistema de educación. En particular, la falta de disciplina.

Es innegable que existe una falta de disciplina completa en las aulas españolas, y la poca que existe no vale nada, parece una broma para los alumnos. Por ejemplo, los profesores pasan la mayoría de la clase gritando y diciendo ‘cállate’, en vez de enseñando. De verdad, es también algo que pasa en las clases británicas a veces, pero quizás en uno o dos, y no es algo aceptado por la mayoría. Todo los profesores de inglés en mi trabajo se quejan todo el día, de estar cansados y hartos de los estudiantes. No es algo único de mi instituto.

De hecho, hablé por curiosidad con el jefe de departamento de inglés, y le pregunté « ¿dónde está la disciplina en las aulas españoles?» Y su explicación tiene sentido: no es un defecto de la educación española, «y la historia de España la explica en gran parte». Aunque casi toda España intenta a olvidar su historia turbulenta, en un llamado «pacto de olvido», sigue teniendo su lugar en los colegios. Como puedes imaginar, durante la dictadura de Francisco Franco, que empezó en 1939, había muchas restricciones para las minorías, por ejemplo las mujeres. Entonces, después de su muerte en noviembre de 1975, se vivió una liberación de muchas pandillas, y desde entonces la gente española ha tomado una postura más relejada con respeto a muchas cosas, incluso la religión y la sexualidad, aunque la discriminación entre los géneros persiste tristemente.

¿Pero qué papel tiene educación aquí? Debido a todas las reglas y leyes creadas durante el reinado de terror de Franco, los jóvenes o niños de hoy no quieren escuchar, y en nivel básico, rechazan la autoridad. Ángel, el jefe de departamento de inglés, me dijo que «todavía si intentas tener un sentido de disciplina más fuerte, eres un fascista, según mucha gente… es algo imposible para los profes españoles». Me compadezco con la gente de España, pero también con los profesores que luchan cada día. Y nadie quiere ser llamado fascista, ¿verdad?

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