Welcome to our first issue of the Language Exepress!
Книга о самом главном
BY ANASTASIA KOSTINA
DUO Y YO
BY AND TRANSLATED BY HELEN SPRINGER
Todo el mundo ha oído hablar de Duolingo. Ya sea por parte de un conocido que quiera pulir su nivel de italiano antes de un viaje a Roma, o de los memes innumerables que se encuentran en las redes sociales, sobre la lechucita entusiasta (Duo), que solamente quiere que tengas éxito. Todos nosotros nos hemos enterado de la aplicación móvil y, o nos hemos burlado de su naturaleza persistente, o le hemos elogiado.
Desde que empecé el confinamiento por causa del coronavirus, decidí usar Duolingo para mejorar mi nivel de francés. Igual que con muchas aficiones efímeras, he intentado hacerlo en el pasado; tirando me horas en Duolingo antes de olvidarla durante meses como si fuera una sesión de los Sims o Animal Crossing. Sin embargo, al tener posibilidades de trabajo muy inciertas y más tiempo libre que antes, decidí estudiar un poco de francés cada día en Duolingo durante el confinamiento.
Además, me encantan las oportunidades y horizontes que se abren por la capacidad de hablar una variedad de idiomas. He conocido muchas personas fantásticas y he madurado mucho a través de mis experiencias viviendo en España y hablando español. Espero que un tercer idioma en mi arsenal amplíe dichas oportunidades aun más.
Solamente tengo un Certificado General de Educación Secundaria de 2014. Los hechos hablan por sí mismos; no cabe duda que mi nivel de francés es bajo. Dejé de estudiar francés a favor del curso de lengua española de bachillerato (y luego una carrera universitaria) porque encontré la gramática francesa demasiado confusa y la pronunciación exasperante y difícil. Afortunadamente Duolingo ya sabe que aprender un idioma no es moco de pavo, porque te exige que utilices las capacidades auditivas y lectivas, y que hables y practiques para adquirir vocabulario en cada clase.
Esto nos permite abordar una de las numerosas ventajas de la aplicación; el requisito de usar distintas habilidades y sintonizarse a las fonéticas del idioma. En muchas clases, pide que escuches un sonido y que escojas la manera correcta de deletrearlo de cuatro opciones muy parecidas. Asimismo, hay una abundancia de historias en las que puedes rellenar los espacios en blanco del guion y responder preguntas. Todas las historias son breves, agradables y muy inocentes, y tienen contenido que se entiende muy fácilmente.
Con relación a otra ventaja, se destaca una. Es gratis. Para que sea gratis contiene anuncios después de cada clase, pero solamente duran unos pocos segundos y son inofensivos. Esto también revela mucho sobre la ética de la compañía porque hay mucha gente que no puede pagar clases de lengua encima de otros gastos, y mucho menos durante una pandemia en la que nuestros ingresos están en peligro.
El último beneficio de Duolingo es que te otorga premios. No, no son premios que se pueden usar en la vida real, pero constan de ‘lingots’ (la moneda del mundo de Duolingo) y los elogios de Duo para tu motivación. Al ver los lingots creciendo y al recibir las felicidades de nuestra lechuza poliglota favorita, el usuario se siente orgulloso de sus logros y de esta moneda pixelada.
Para ser honesta, la inocencia íntegra del mundo de Duolingo es algo a lo le que doy mis bienvenidas en estos momentos. Mientras el mundo exterior parece incierto y oscuro, las clases son coloridas y brillantes, y nos permite aprender; una capacidad importante y valiosa desde el confort de nuestras casas. De manera gratuita. Para ser honesta, estoy contenta con esto.
English Version by Helen Springer:
Everyone has heard of Duolingo. Whether it be from a friend-of-a-friend who wants to polish up their Italian before an upcoming trip to Rome, or from the countless memes on social media about that eager little owl (Duo) who only wants you to succeed. We’ve all heard of the app and either joked about Duo’s persistent nature or sung his praises.
Since entering lockdown, I have decided to use Duolingo to improve my French level. Like many fleeting hobbies, I have attempted this in the past; tearing through countless lessons in a few days before discarding the app for months at a time, not unlike a session of Sims or Animal Crossing. But with future employment prospects suddenly looking murky and a lot more time on my hands, I decided to do a few Duolingo lessons of French a day throughout lockdown.
In addition, I love the opportunities and horizons that are broadened through the ability to speak languages. I have met many amazing people and matured greatly through my experiences living in Spain and speaking Spanish. Hopefully, a third language in my arsenal will widen these opportunities even further.
With only a French GCSE from 2014 under my belt, it is safe to say my language level isn’t too sharp. I dropped French in favour of an A-level (and then university degree) in Spanish, as I found French grammar too confusing and the pronunciation infuriatingly difficult. Thankfully, Duolingo clearly knows that language learning is no simple endeavour, as it requires you to use listening, speaking, reading, and vocabulary retention skills in every lesson.
This allows us to address one of the many advantages of the app – the requirement to use different skills and really tune into the phonetics of a language. In many lessons it requires you to listen to a sound and pick out the correct spelling from a selection of four very similar answers. In addition, it has a selection of stories in which you can fill in the blanks of sections of dialogue, and answer questions about the story. All the stories are short, sweet, and very innocent, and exactly the kind of content that is easy to digest and understand.
In terms of its other advantage, there is one clear one that stands out – it is free. To keep it free, there are adverts at the end of each lesson, but these are all limited to a few seconds and inoffensive. This also speaks volumes about the ethos of the company, as there are many people who won’t be able to afford extra language classes along with other expenses, let alone during a pandemic when people’s incomes are threatened every day.
A final clear benefit of the app is the little rewards it gives you. No, these are not rewards that translate to real-life materialism, but rather ‘lingots’ (the currency of the Duolingo world), and the praise of Duo himself for your dedication. Seeing little lingots build up and receiving congratulations from everyone’s favourite language-learning owl allows the user to feel a sense of achievement and pride in this pixelated currency.
To be honest with you, the integral innocence of the world of Duolingo is something I welcome in these times. While the outside world seems gloomy and unknown, the Duolingo classes are bright and colourful and they allow us to learn; an important and valuable asset from the comfort of our own homes. All for free. Frankly, I am happy with that.