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UN REFUGIO CERCA DE MADRID

BY AMY BURNETT

¿Estáis hartos del ajetreo de la vida urbana de Madrid? ¿No podéis aguantar el ruido un día más? ¿El aire sucio os enferma? ¡No busquéis más una solución!

 

Escondido en la tranquila sierra de Guadarrama (una alineación montañosa perteneciente a la mitad este del sistema Central, cordillera del centro de la península ibérica) y a solo a una hora de Madrid, se ubica un edificio monumental: la basílica del Valle de los Caídos y la tumba de Franco. El monumento, un hito de la arquitectura española del siglo XX, fue diseñado por Pedro Muguruza y Diego Méndez en una escala para igualar, según Franco, "la grandeza de los monumentos de antaño, que desafían el tiempo y la memoria". El recinto del monumento cubre más de 1360 km2 de bosques mediterráneos y rocas de granito en las colinas de la Sierra de Guadarrama, a más de 3 000 pies (910 m) sobre el nivel del mar, e incluye una basílica, una abadía benedictina, una casa de huéspedes, el valle y los Juanelos: cuatro monolitos cilíndricos que datan del siglo XVI.

 

No se puede negar que es algo impresionante, pero en todo su esplendor, el Valle de los Caídos, como monumento sobreviviente del gobierno franquista, y su basílica católica siguen siendo controvertidos, en parte porque el 10% de la fuerza de trabajo de la construcción estaba compuesta por condenados, algunos de los cuales eran presos políticos republicanos españoles. La acusación de que el lugar del monumento era "como un campo de concentración nazi" se refiere al uso de convictos, incluidos los prisioneros de guerra del Ejército Republicano español, que realizaban su trabajo a cambio de una reducción en el tiempo de condena. Aunque la legislación española en ese momento prohibía el trabajo forzoso, preveía que los convictos eligieran el trabajo voluntario sobre la base de la redención de dos días de condena por cada día trabajado. Esta ley estuvo vigente hasta 1995. Entonces, presentar el monumento de una manera políticamente neutral plantea una serie de problemas.

 

Yo visité este sitio asombroso hace unos dos años. De hecho, justo para escapar del alboroto de Madrid cuando vivía allí. La grandeza del monumento realmente me impactó; el silencio y, yo diría, la opresión eran papables. Por una parte, la belleza de la basílica es innegable; pero, por otra parte, se puede imaginar fácilmente, viéndola, el poder que Franco acumuló durante su gobierno.

 

No cabe duda de que es un lugar que se debe visitar si estáis en Madrid durante bastante tiempo. Es el sitio perfecto para reflexionar, aprender y apreciar sobre un tiempo importante para España. Os lo recomiendo encarecidamente.

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